martes, 27 de marzo de 2012

No me pidas que te olvide.
Pídeme que finja que te he olvidado. Al caer la noche pasaré por tu lado con mis tacones más altos, mi falda más corta, y mis labios tan rojos como el ferrari de tus sueños. Pero cuando llegue a casa me quitare los tacones, mi pintalabios ya se habrá borrado, y el rimmel habrá empezado a derramarse por mis mejillas porque me habré derrumbado. Dejaré que la aguja segundera del swatch de mi muñeca de dos vueltas, secaré mis lágrimas y volveré a sonreír, le bailaré un Rock an' roll al espejo con mis mejores movimientos, me pondré el pijama y me meteré en la cama. Soñarte sí está permitido.




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