miércoles, 9 de mayo de 2012

De esas veces que te paras a pensar.
Te das cuenta que no has hecho más que el gilipollas, sí, el gilipollas. Te ha tenido ahí cuando ha querido, ha jugado contigo y lo sigue haciendo, pero como eres tonta tú lo sigues permitiendo. Pero piensas que algún día se dará cuenta de lo que ha perdido, ¿sabes qué? Que ya será demasiado tarde, que ya no serás esa niña tonta y estúpida que ha aguantado todo el daño que te hizo y que él no se daba cuenta de ello, que ya no valdrán sus “lo siento” ni sus “te quiero”, que le mandarás a la mierda con todo tu orgullo por delante, que dirás: BASTA, que te mereces una vida mejor y punto, que si te apetece gritar lo harás y si te apetece reír también, pero que jamás volverás a llorar por él, porque simplemente no se lo merece.



No hay comentarios:

Publicar un comentario